sábado, 31 de diciembre de 2016

En este espacio (carta a mí y a mis pacientes)




Hoy el clima es extraño; hace frío a la sombra, no quema, pero me mantiene incómodo. En este pedazo de tierra, donde estoy sentado, el ruido de la ciudad parece no tener eco, todo se siente aislado, es una pausa en el tiempo, un paréntesis en la vida, no lo sé. Lo cierto es que aquí, hay una extraña fuerza que me incita a la reflexión y al ensimismamiento. Por aquí pasan personas y dejan parte de sus vidas en forma de palabras, de gritos, de llanto, de lágrimas. En este espacio alguien deja su confianza en mis manos y se va cada día con la certeza de que su privacidad no se verá comprometida.

En este espacio no hay nada del otro mundo, todo es real. Está pensado para que el otro y yo tengamos privacidad y podamos hablarnos y escucharnos. En este espacio hay un librero viejo, con libros y adornos. Una mesa al centro y otra redonda y más vieja en el rincón sostiene un cofre que guarda chácharas y secretos. Una sala modesta sirve de soporte para mí y para mis huéspedes. En otro rincón, un juguetero policromático hace contraste con todo lo demás. Por aquí han pasado vidas, nada fuera de lo común, y sin embargo, tan valiosas, tan íntimas para quienes las viven.

Lo único extraño es un sonido procedente de la ventana, un crujido caprichoso. Por el momento, así lo he bautizado, quizás sea por la música de fondo: un laúd y un mantra chillón ambientan el lugar, no me gustan, me ponen ansioso, desesperado. El misterio de esto no se debe a la atmósfera proveniente de la música, viene de la sensación misma de estar aquí. Quizás, ese sonido caprichoso es un llamado, un recordatorio: “Aquí estás, aquí están”. No es magia, es constancia, pues en estos sillones se sienta la esperanza todos los días y ya ha permeado. El mensaje incita a no olvidar mi razón y sus razones, sus motivos, LA ESPERANZA. No se trata de la mía, es sobre la esperanza del otro. En mi caso me queda EL COMPROMISO y LA ACEPTACIÓN INCONDICIONAL, para mí mismo y para quienes me buscan.


A todos ustedes, mi más infinito agradecimiento.


ESPERANZA, COMPROMISO Y ACEPTACIÓN. Que no falten en tu vida el año que viene.





Psicólogo Alejandro Monreal

Grupo Miranda Psicología Especializada

30 de diciembre de 2016

viernes, 30 de diciembre de 2016

Las flores(Cuento)

Por: Juan Eusebio Valdez Villalobos

Basado en la canción: "Las flores" de Cafe Tacuba.

“Ven”. Era el mensaje que aparecía y desaparecía de la pequeña pantalla del celular de Rubén. Había pasado otra mañana desde que “el loco” como le decían sus amigos de la secundaria, se encontraba postrado en el sillón con la mirada clavada en la humedad del techo. Con su mano derecha sin mirar siquiera el aparato, abría y cerraba los mensajes de guats.

Los días de “el loco” se habían convertido en un asco. No solo era el hecho que el jabón y el agua no habían tocado su morena piel desde hace 4 días o el hecho de que su alimentación las ultimas semanas había consistido solo en latas de atún, acompañadas de unas gotas de limón. Limones  amarillentos que llevaban más de un mes en el cajón del refri.

Mear y regresar. Cagar y volver a sentarse. Ir por una lata y volver al sillón. Rascarse los huevos, quitarse las costas de los brazos. Entretenerse tocando su piel de cocodrilo, la que se había formado en sus codos. Dormir. Esperar el hartazgo de Claudia. La chica cuyas historias siempre lo hacían sonreír y querer escuchar más. La chica que no dejaba de mensajear.

“Déjame ver cómo es que floreces”. Susurraba el bulto del sillón mientras sus regordetes dedos pasaban por sus pelos de estropajo. La imagen de los ojos de Claudia bailaban por todo el techo. La última vez que se vieron en el parque de la colonia, ella dijo que lo amaba y el solo puso su cara de estúpido, mientras soltaba sus manos. De su boca salió una excusa tan pendeja que  cuando la recuerda vuelve la vergüenza. Recuerda  que al llegar  a su casa aun sudaba. En ese momento empezó su encierro.

El silencio de la pequeña casa era abrumador, sofocante, se podía sentir  como  oprimía el pecho. Vacío. Miedo. Los sentidos se distorsionaban desde el exterior. ¿Por qué decir te amo? “El loco” sentía que esas palabras no estaban conectadas con su esencia. Se estancaban en su garganta impidiendo la entrada de paz. Moverse, estar junto a ella, mirar sus ojos, estrechar sus manos, sentir otra ilusión, oler a Claudia. Parecía un sueño lejano.

Los días pasaban y “El loco” seguía en coma. Una siesta que ya tenía varias semanas, una siesta con los ojos abiertos y la boca cerrada.  Lunes, martes, domingo, no importaba. Las latas de atún se habían terminado. Salir o volver al sillón, dilema. Seguir con hambre o aventurarse a exhibir su cuerpo abandonado en la tienda de la esquina. Doña Doris, la viejilla chismosa, una víbora con arrugas y dentadura, de seguro diría algún insulto disfrazado de falso interés.

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Lo peor era imaginarse que cayera el sol y bajo la luz de la luna, mirar a Claudia. Temor a que los ojos de ella miraran sus ropas sucias manchadas de pescado muerto, su rostro sin descanso, su piel acartonada y áspera por la falta de baño. Pensar que esas dos estrellas de pronto proyectaran lástima, provocando que la sangre se acumulara en forma de puños  explotando contra el muro.

El bulto ya no se encontraba en el sillón. Era una sombra que camina. No podía parar, murmuraba una hipotética conversación con Claudia:

- ¿Por qué no me has llamado? Preguntará- Estoy ocupado, mucho trabajo, después te invito al cine- mentiría “el loco”. La pequeña escena daba vueltas en la cabeza del greñudo, quien no dejaba de maldecir cada que sentía a Claudia aparecer en su imaginación.

“Toc, toc”. El sonido de la puerta que obliga a Rubén a detener su auto reproche.  Furioso se dirige a la entrada. Al abrir, la luz exterior como lumbre se incrusta en su retina, impidiendo poder ver quien es la visita. Al tallar los ojos, una silueta que parece ser enorme, gigante, se postra. De ese ser lleno de luz sale sola una palabra “Corima”. Al irse el destello un personaje semejante al apache de la lotería está en la cornisa de la puerta.


“El loco” moviendo su cabeza de derecha a izquierda, cierra la puerta. Todavía aturdido por el choque de luz y  calor del sol, se dirige al sofá. Sentado, no puede recordar lo que estaba haciendo antes de que llegara el indio a su casa.  En su mente: “Corima”. Al cerrar los ojos  el sueño lo envuelve, al abrir sus ojos dos niños desnudos aparecen ante él en medio de la sala. La niña sonriendo sujeta su mano y le da un pequeño beso en la frente, el niño solo observa con su rostro impávido. Sentir los suaves labios de la niña provoca que sus parpados vuelvan a caer.

Soledad al volver al sillón. Sigue ahí la humedad del techo. La alacena aun esta vacía. Tiene hambre. Afuera ya es de noche. Extraño en la ciudad se pueden apreciar las estrellas. Se dirige al baño, después de tirar una meada frente al espejo, puede ver sus ojeras, su rostro cansado. En el reflejo hay tristeza. Llora. No por Claudia, sino por él. Llora a su ser abandonado, al despojo en el que se ha convertido.

Una intensa sensación de comezón aparece en su cabeza, como si mil patas de arañas se pasearan entres su cabellos. Decide que es tiempo de bañarse, deja salir el agua fría. Sentir el líquido en su espalda es liberador, al sentir en sus fosas nasales el olor del jabón hacen que su boca dibuje una sonrisa. Vuelve a llorar. Al cerrarse la regadera se dirige a su cuarto y se desploma en su cama. Desnudo. Al fin duerme.

Los dos niños caminan junto a él, mientras  se dirigen al principio de unas escaleras. No se ve el final. La niña sonríe y corre, dice: “Vamos a ver las estrellas”. El pequeño niño se sienta y mira a la nada. Rubén acerca su  mano y este la aleja diciendo: “No lo merezco, me he portado mal”. La niña impaciente da la espalda y decide subir. Rubén en medio de estos seres, vuelve a sudar, la respiración se corta. “Toc, toc”  llaman  a la puerta.

“Toc, toc” insisten. Tomando solo un pantalón, corre a la entrada. Esta vez el choque con la luz es menos traumático. Es el apache,  puede verlo con claridad, su piel color barro, sus arrugas como grietas debajo de sus ojos, viste una especie de pañal, trae un pañuelo sudado en su cabeza. Sonríe mientras de sus labios cortados por la falta de agua sale la palabra “Corima”. Rubén sin saber lo que debe de hacer solo repite en voz baja lo que escucha “Corima, corima”

El indio le entrega un plato de plástico cubierto con servilletas desechables y sonriendo se va. Rubén con el plato en sus manos, cierra la puerta y vuelve a entrar a la sala. Sentado, puede oler lo que contiene el plato, es mole con arroz, el cual devora sin cubiertos. Siente como sus manos  se humedecen con el guiso,  está caliente casi hirviendo, es agradable en su garganta.

Resultado de imagen para tarahumara a lapizDespués de comer, piensa en quien puede ser su visita. Tal vez se mudó una comunidad indígena aquí cerca, o a lo mejor son nuevos en la ciudad y andan pidiendo en las calles. Jamás se había preguntado cuales serían las razones de los indios que ve en la calle para pedir comida. “Corima” le dijo aquel moreno.

“El loco” había estado escondido en su casa, quien sabe cuánto tiempo, el olor era asqueroso. No lo podía soportar, así que decidido se puso a limpiar. Mientras sujetaba la escoba, el trapeador o el trapo a su mente venia la sonrisa de la niña de sus sueños, la sonrisa de Claudia. Buscó su celular, el cual se encontraba sin batería. Aparece una gran necesidad de leer los mensajes de Claudia. Al conectar y encender el dispositivo. Tuvo que esperar mientras la pantalla de mensajes cargaba, era una horrible espera. La comezón volvía aparecer, las arañas ahora caminaban por todo su cuerpo, quería correr, quería ir con Claudia, quería levantar al niño de sus sueños y llevarlo a las escaleras, quería compartir su vida con Claudia, quería agradecer al indio el mole.

Al abrir la bandeja de mensajes, aparece uno nuevo de Claudia:

Déjame ver cómo es que floreces.
Con cinco pétalos te absorberé.
Cinco sentidos que te roban solo un poco de tu ser.
Seis veces para vivirte, debajo de una misma luna.
Otras nueve pasaran para sentir que nuevas flores nacerán”

Rubén, “El loco” deja caer el celular, se dirige a la puerta, sale, siente el aire en su piel, sus piernas empiezan a moverse, en un instante está en la casa de Claudia. “Toc, toc”. Abre Claudia. Rubén sonríe, estrecha las manos de la joven y un “Te amo” sale de sus labios.  FIN
        

  

miércoles, 7 de diciembre de 2016

El mejor regalo es el tiempo (reflexión)




Ya casi te veo. Corriendo de aquí para allá, tocando el claxon en los semáforos, apresurando al caracol que conduce delante de ti. En tu mente solo cruzan la infinidad de regalos pendientes por comprar, por envolver, por entregar. La cena, el pastel, las vacaciones, quizás. 

En casa, en la escuela, en el gimnasio o en la casa de un amigo, tu hijo o hija imagina la escena de la noche buena. Quizás todo esté de más: el pavo, la pasta, los adornos salen sobrando, lo único importante son los regalos. En tu mente bailan esas ideas: la sonrisa de tus hijos, el papel al ser rasgado, los gritos… los aplausos. 

¿No estás olvidando algo? Lo que importa no es la figura, sino el fondo, lo que le da contexto y valor. El regalo deja de serlo si no existe el sentimiento, la intención. El videojuego solo es eso. A su alrededor está el amor, el cariño, la impaciencia, qué sé yo. 

Hay regalos vacíos, en efecto. Date tu tiempo, detén el coche, deja de tocar el claxon. Quizás el mejor regalo no sea el que va envuelto en una caja. Tal vez, el mejor regalo sea aquello que ya no es, que se fue hace un segundo, aquello que perdiste mientras leías estas líneas: la convivencia, la intención… el tiempo.

Psicólogo Alejandro Monreal
Grupo Miranda Psicología Especializada


miércoles, 30 de noviembre de 2016

Lo mismo pierde un hombre que una mujer




“Pero no hay que llorar. Hay que saber perder. Lo mismo pierde un hombre que una mujer…”

Canción popular

Es bien sabido, al menos entre psicólogos, que debemos someternos a nuestro propio proceso terapéutico y/o análisis didáctico, con el fin de trabajar nuestros puntos ciegos y ofrecer un mejor servicio a nuestros pacientes y claro está, para mejorar nuestra propia calidad de vida. La mente y sus procesos son un abanico de conflictos y de posibilidades que, bien dicen los psicoanalistas, un paciente jamás terminará de ser analizado. En mi caso, hay cosas que aún no entiendo de mi mismo y de las demás personas en función de mi inconsciente, pero hoy solo hablaré de algunas, no vaya a ser que esto quede inconcluso.

Existen hechos, situaciones y actitudes que me molestan a tal punto de decir “me lleva la v… “ entre dientes y gritarlo en mis adentros. Me revienta escuchar a sujetos y sujetas (jaja) hacer alarde de cuántos litros de alcohol son capaces de tomar, tengo un especial disgusto por la gente que solo está esperando el fin de semana para consumir alcohol y que lo maneja como una necesidad natural.

Hace unos días escuché a un sujeto que platicaba con alguno de mis vecinos presumiendo que sabía manejar armas de alto calibre y se jactaba de ello como si fuera narcotraficante. Yo me pregunto, ¿de qué diablos sirve eso si no vas a construir nada bueno? ¿En realidad piensas que te ves bien? Tomando en cuenta los tres ejemplos anteriores, me sorprenden aún más, aquellos que se admiran con devoción ante tales relatos y “habilidades” sobrehumanas, aunque para tales casos queda mejor llamarlas infrahumanas. La gente prefiere sentirse orgullosa de beber y beber, en lugar de presumir que tienen buenas ideas.

Dicen por ahí que "entre hombres nos protegemos", pero en honor a la verdad, existen ciertas cosas que no tolero de mis propios compañeros “tornillos”, espero y comprendan la metáfora, jaja. Los mismos hombres que son infieles son aquellos que se quejan de que una mujer se ve mal cuando anda con varios. Son aquellos que no se meterían con una mujer que tiene fama de “liberal” y al mismo tiempo se jactan de sus múltiples conquistas en el antro, de “cuántas viejas se han cogido” y “quién la chupa más rico”, eso sí, sin bajarlas de “nalga”. Así es, las compañeras de cochada se llaman nalgas, porque solo sirven para eso, según la ideología del experto en seducir viejas.

Considero que, aunque a veces lo he hecho, no soy nadie para juzgar a los demás; pero en esta ocasión, se trata de expresar mi punto de vista. En definitiva, todos tenemos una reputación que cuidar y todos hemos llevado a cabo actos que nos perjudican en lo social, familiar y personal. Seas hombre o seas mujer, te ves mal y te hace mal hacer determinado tipo de cosas. También el hombre promiscuo se ve ridículo y en mi opinión es desagradable su conversación, no tiene sentido, así como los golpes de pecho en la cruda. ¿Por qué bebés hasta perder el conocimiento, si sabes que lo vas a pagar muy caro al día siguiente? ¡No mames! Tú hombre, tú mujer, tómense de la mano y mírense a los ojos, ¿Qué tan diferentes son que se siente uno más especial que el otro? Los dos son humanos, los dos se exponen, ambos tienen algo que cuidar.

¡Quiéranse mucho!

Alejandro Monreal
Grupo Miranda Psicología Especializada



viernes, 25 de noviembre de 2016

No me ames tanto.


Por: Sarahi Isais

“El maltrato psicológico puede ser menos visible, pero sin duda los daños que causa son aún más contundentes y  duraderos.”

Uno de las complicaciones para la detección es que las personas que sufren este tipo de violencia, creen que la forma en que se relacionan es “normal”, o que están  dentro de los conflictos comunes que existen dentro de la pareja.

Por lo general,  el agresor suele usar la seducción para atraer a su pareja, a la vez de forma indirecta utiliza la manipulación, para influir en su pareja y así conseguir que decida o se comporte de modo diferente. Otra característica es la imposición de la idea de que es “libre”, Esta creencia bloquea la conciencia de la realidad del maltrato.

 La víctima seducida y manipulada, se mantiene en un modo dependiente: “Pégame, pero no me dejes”. Por lo tanto la victima pasa a ser propiedad del maltratador. Donde la distorsión de la información, hacen que aparezcan las justificaciones como “Lo hace nada más cuando esta borracho”  o “Es que de chico nadie le dio un abrazo”. Frases que confirman que el maltratado ya es propiedad de la persona que ejerce la violencia.

En relación de maltrato, la comunicación no es clara ni directa. No se responden a preguntas  o si se hace, los gestos son reprobadores.  Se rechaza el diálogo. Se niega la existencia de conflicto.

Por otro lado se deforman los mensajes; pueden ser vagos e imprecisos. Aparecen los discursos contradictorios, no se terminan las frases, ocasionando que las interpretaciones puedan ser varias.

Resultado de imagen para violencia contra la mujerEn cuanto a las conductas agresivas, el tono del lenguaje puede ser normal, no alterado. Salen a la luz los sarcasmos, la burla y el desprecio. Los cuales son percibidos con hostilidad por la víctima. La agresión se disfraza de broma. La víctima se encuentra devaluada en  sus pensamientos, opiniones o creencias si es que las llega a expresar.

Es difícil identificar a la persona que sufre maltrato. Es difícil escuchar una voz en silencio. Ya que suele defender y darle la razón a su maltratador, a la vez que se culpa a si misma por lo ocurrido. Se podrá identificar cuando esta comience a cuestionar su forma de ser, cuando debata sus pensamientos, actitudes o comportamientos.

La victima podrá aspirar el cambio cuando su voz cargada de ansiedad, estrés, depresión, trastornos del sueño, baja autoestima, sea escuchada. El encargado de recibir este mensaje debe ser un familiar, un amigo o quien sea, pero sea quién sea, el que recibe dicho mensaje, debe estar consciente, que la víctima necesita ayuda y que la única solución es acercarse a los profesionales de la salud. Y así empezar a romper ciclos y crear nuevos, fuera de la violencia.





domingo, 13 de noviembre de 2016

#Ladyintimidad

#Ladyintimidad

Juan Eusebio Valdez Villalobos 

En mi época de secu y prepa, el medio de comunicación favorito era el chat (Messenger). Estaba de lujo para nosotros los pubertos y adolescentes noventeros. Tenía distintas alternativas al tradicional chat como juegos, podías cambiar la fuente, personalizar la ventana de conversación, animaciones. Lo mejor era mandar un zumbido, era como el toque en Facebook, pero en versión agresiva.

Imaginen esta escena: tú, haciendo el  final de cívica, y de repente, aparecían vibrando y sonando una ventana de conversación, era desesperante. ¡Oh la nostalgia¡

Otra de las funciones del Messenger era la capacidad de hacer grupos de conversación. Recuerdo que se podían agregar hasta más de 30 participantes, era un desmadre. Terminabas hablando con desconocidos, y lo peor, los agregabas a tu lista de contactos. Lo acepto mi criterio para hacer amigos virtuales no era muy bueno que digamos.

Hoy existe el Whats App o "guats", o "wasap" como alguna vez escuché: una aplicación de celular que hace prácticamente lo mismo, solo que sin correos electrónicos; en vez de esto, se usan los números de celular. Los grupos en "guats" facilitan la organización, ya sea para ir al cine con tus amigos o para echarse unas cheves en jueves como buenos Godinez (forma de llamar despectivamente a los oficinistas).

Yo tengo 3 grupos: el de los compañeros de la maestría, (para ver quién me pasa la tarea), el del trabajo (para arreglar cuestiones de horarios) y el de mis mejores amigos (los 5 nos conocimos en la secundaria). Este grupo, en particular, es el que más se mueve. Se ha convertido en mi periódico sensacionalista. Por él pasan fotos del recuerdo, cuando éramos deportistas, ¡ajam¡ En él nos enteramos de las noticias más importantes de la actualidad, como la subida del dólar o el ataque de los payasos a México. En él conocimos a Luna Bella, antes estrella  del youtube y actriz porno, hoy cristiana devota.  Pura noticia digna de un programa de chismes.

Hace tres semanas me encontraba en una junta del trabajo. Una reunión que iba ser de media hora, llevaba dos horas y no parecía que terminaría pronto. Ahí me encontraba yo, tratando de sostener mi mejor gesto de interesado que mi aburrimiento me permitía, mientras mi bolso del pantalón no dejaba de vibrar. Se encontraba en esta opción, después de que vi como regañaron a un compañero porque su celular soltó la nueva rola de Ricky Martin, en el justo momento que la jefa iba en la mitad de su sermón. Cuando terminó la dichosa reunión, veo rápidamente mi celular y marcaba 90 nuevos "guats". Tenía que revisar uno por uno, no fuera que me perdiera de algo importante. El tema de dicha conversación giraba en torno al video de la #LadyOrinoco. Para los que viven debajo de una piedra o no cuentan con "wassap" o "feis", el video muestra a nuestra lady, llamada así despectivamente por el mundo de las redes sociales,  sentada junto con su pareja o novio, algo así , en un puesto de tacos del municipio más caro de toda Latinoamérica San Pedro Garza García, Nvo. León. Hasta aquí todo normal.

¿Por qué se hizo viral? Bueno, al parecer, Nuestra Lady  se encontraba en su mesa, al mismo tiempo que limpiaba la salsa picante a su acompañante, misma que había caído en su pene casualmente. Éste, es un ejemplo de los chistes que me pasaron en el grupo. El hecho es que la chica estaba masturbando a su compañero de tacos en medio del local, ante la vista de todos.

Después de leer los comentarios más misóginos de mis amigos, lo acepto, también me reí, pero solo un poco. Quisiera desarrollar el tema de los chistes sexistas en otra ocasión. Esta vez, me concentraré en la idea que pasó por mi cabeza: ¿No traían para el hotel? O simplemente querían presumir sus técnicas amatorias.

En la actualidad, estos temas se han disparado con ayuda de las redes sociales. Van desde la infidelidad, como el caso de la chica que le puso el cuerno a su novio una semana antes de casarse, la cual llamaron #LadyCoralina  o el caso de #LadyOxxo, una mujer empleada de  las tiendas comerciales que se desnudó detrás de la caja, incluso el video muestra cuando llega su supervisor y la obliga a vestirse. Nuestro morbo vive satisfecho estos días.

Pienso que como sociedad, no hemos podido introyectar lo que conlleva una sexualidad sana, una sexualidad que nos hable de intimidad. Hemos asimilado ideas extremas respecto a la misma liberación, y  no quiero caer en la mojigatez, pero es un hecho que tanta mala información que circula en las redes, tiene como consecuencia una idea de la sexualidad deformada, donde el erotismo se ha desinflado por los videos amateur que circulan en nuestras redes sociales.

Parafraseando a Vargas Llosa: En la forma en que una civilización vive el sexo, se puede ver su nivel de civilidad ¿Qué tan civilizados somos? si se hablara de México. Les recuerdo que la expresión sana de nuestra sexualidad depende de nuestra capacidad de poder intimar con nosotros. Conocernos para vivir con el otro, debe ser la premisa, no solo en la expresión de la sexualidad, sino lo primordial para vivir.

Aquí termina el escrito, y no es porque el tema haya terminado. Los temas sexuales son extensos. Lo termino porque mi celular lleva un rato sonando, disparando mis ansias para conocer a la próxima #Lady o #Lord. Bendito "guats".



sábado, 12 de noviembre de 2016

¿Para qué?


Es posible que muchos digamos "yo me conozco muy bien", porque conocemos lo que nos gusta y lo que no; para que somos buenos y que se nos dificulta; el sentido de humor que tenemos; etc. Sin embargo, basta solo con indagar un poco en uno mismo, para comenzar a cuestionarnos y  darnos cuenta de que quizá, aquella idea que teníamos de “conocernos a nosotros mismos”,  no sea tan cierta y si lo es,   no conocemos el por qué somos como somos.
Creo que la respuesta "así siempre he sido", no basta para explicar nuestra manera de estar en el mundo.
Considero, que es tan trascendente conocer como somos, como responder ¿para qué somos así? ¿para qué hacemos lo que hacemos?,  ¿de qué nos sirve este talento? ¿cómo nos limita esa dificultad?, ¿qué nos ha aportado este sentido del humor? Etc.
Personalmente, el cuestionarme de esta manera, me ha funcionado para vivir de una forma más consciente.
Encontrar si mi manera de operar tiene en el fondo una razón de ser y decidir si continúo o no actuando de una o tal forma, o si es necesario modificarla o eliminarla, según su grado de trascendencia.
El poder conocerme me ha servido principalmente, para no pasar por alto, cuestiones que gran parte de mi vida las pensaba naturales o hasta determinantes y que en realidad no lo son y por consecuencia,  descubrí que no solo tengo la capacidad de decisión sobre mi , sino la responsabilidad de mi propia vida.


Krizia Rivera Floriuk

jueves, 10 de noviembre de 2016

Con sonrisa de droide...



"No hay mayor evidencia de nuestra humanidad, que la misma necesidad de animar lo inanimado, de crear y modificar lo ya existente a nuestra imagen y semejanza"

Afuera está nublado. Hace frío, o al menos eso creemos los laguneros. Veo gente ir y venir, niños jugando, una chica que sigue instrucciones de su maestro de educación física. Mientras tanto, aquella a la que llamo mamá, porque se me ocurrió, se para a mis espaldas mientras abre un mazapán, toma la mitad y deja la otra a un lado del teclado que escribe estas letras. Mamá se retira. No dice adiós, no dice nada, solo se va… para evitar distraerme. ¿Cómo sé que me quiere si no dijo nada? El mazapán me lo dijo. De vez en cuando, mi mamá se para frente a mí y me canta una canción que generalmente no conozco, pero siempre habla de amor. ¿Cómo sé que me quiere? Creo que es evidente.

Lo que para muchos no es evidente es lo que nos vuelve humanos. ¿Cómo lo sabemos? ¿Hay humanos inhumanos? La verdad sí, y aunque les cause gracia, yo no lo creía. Lo que nos resta humanidad es la indiferencia y el complejo del megalómano. Cada uno de nosotros lleva la humanidad en su interior. La devaluación y anulación del otro es también una devaluación de mi persona. Cuando me siento más que los demás, también me estoy devaluando a mí. Cuando alguien me es indiferente, también me vuelvo indiferente para mí. ¡No mames! ¡No puedo ser más grande que los demás si al mismo tiempo soy más grande que yo mismo!

Parecerá incongruente mi texto, lo sé, no soy tonto. Aún así, ya lo iniciaste y tendrás que terminarlo, ¡no le saques! Es intencional, un ejercicio de asociación libre premeditada, jaja. Había estado pensando en este tema desde hace unas semanas, dos o tres, no puedo ser exacto, no soy robot, aunque debería. No, es broma. El chiste es que aun “planeado” y con intención, le di permiso a mi inconsciente para que saliera a ver el cielo nublado, de cualquier modo las nubes no lo dejarán ver el sol, eso lo limitará un poquito. En fin… en qué estaba… ah sí, punto y aparte.

¿Cómo sé que alguien es humano? Remítase a la cita que puse antes del texto, no batalle. Es broma. Sabes que eres humano porque eres inteligente y estúpido al mismo tiempo. Sientes dolor, satisfacción, ira y alegría y aunque intentes anularlo, no puedes hacerte güei tú solo. Dices que no te puedes enamorar, en el fondo creo que tienes miedo, es normal, eres humano. A pesar de los avances en neuropsicología, cibernética, inteligencia artificial y todo lo demás, no se ha encontrado un algoritmo para que (como humano) no la cagues. Está cabrón. Por eso y más eres humano. Si puedes realmente anular y desprenderte de todo lo anterior, quizás encajes en alguno de esos diagnósticos arbitrarios que vienen en el DSM, preocúpate, ¡aguas!, podrías ser el próximo Hannibal Lecter (Sí se escribe así, ¿verdad?). En fin, punto y aparte.

Hace unos días estaba viendo Clone Wars (obviamente de la saga Star Wars, no sé como poner la “r” encerrada en un circulito, pero todos saben que tiene copyrigth). Resulta que si los droides separatistas me caían bien en los largometrajes, llámense episodios I, II y III, en la serie animada me caen mejor. ¡Tienen personalidad! La riegan, se preocupan, disfrutan, opinan, jajaja, son la onda. Lo mejor de todo es que hasta tienen tono de voz. En efecto, se comportan como humanos. Fuera de “hacerle la barba” a los creadores, no queda más que aceptar la premisa que puse en forma de cita antes de iniciar el texto y concluir que tenemos una necesidad de humanizar todo lo que hacemos y lo que nos rodea. 

A veces nos avergonzamos de ser humanos y cada vez es más la indiferencia que mostramos ante las circunstancias que de verdad requieren valor para afrontarlas. Prefiero alguien con miedo a alguien a quien no le importa nada. Me preocupa que algún día tenga que elegir entre un droide separatista en lugar de un “humano”. Por lo menos, aunque el droide no mueva la boca, sabré que se está riendo. 

Por cierto, aquí me mostré tal como soy, como diría Nietzsche: humano, demasiado humano. Adiós.



Psicólogo Alejandro Monreal
Grupo Miranda Psicología Especializada

viernes, 4 de noviembre de 2016

Que tu hija no se enamore de un vividor...



Las redes sociales se han encargado de crear, y sobre todo de inmortalizar, el estereotipo del vago, vividor y violento a través de el Kevin y el Brayan. Estos dos pueden ser cualquier sujeto y aunque son personas que comparten la misma naturaleza humana que tú y que yo, al menos, por el momento, no son la mejor opción para tu hija. Por todo lo anterior, aquí están los 4 tips para que tu hija no se enamore de un chico con tales características:

  • HAZLE SABER Y SENTIR A TU HIJA QUE VALE POR LO QUE ES. Lo que nos vuelve valiosos es la condición humana que compartimos. Tener pene o vagina solo es una diferencia sexual que no debería limitar de ninguna forma nuestras posibilidades como seres humanos plenos.

  • DEMUÉSTRALE QUE ESTÁS ORGULLOSO DE SUS LOGROS; PERO QUE NO SON UNA CONDICIÓN PARA QUE LA AMES. Enséñale a no confundir amor con admiración, pues el amor surge de la aceptación, mientras que la admiración queda a criterio de las expectativas irracionales del otro.

  • ENSÉÑALE A BUSCAR COMPAÑÍA PARA COMPARTIR EXPERIENCIAS, NO A DEPENDER DE ALGUIEN PARA LLENAR UN VACÍO. Aún a estas alturas, el amor se vive en función de vacíos por llenar. La creencia general es que vamos al amor como un cero, sin valor alguno por sí mismo. Si las personas comprendieran que con o sin el otro valemos, habría menos relaciones codependientes. La gente viene a sumar a nuestra vida, a enriquecerla; pero jamás a llenarla por completo.

  • ACTÚA COMO LA PERSONA DE LA QUE QUISIERAS QUE SE ENAMORARA TU HIJA. Ya sea que se enamore de un hombre o de otra mujer, la relación que lleves con tu hija, casi determinará el cómo se relacionará románticamente y el tipo de pareja que elegirá.

Con estos 4 tips no pretendo ofrecerte la panacea; sin embargo, serán de utilidad y le darán un rumbo distinto a las decisiones que tome tu hija en algún momento de su vida, y si las cosas llegaran a complicarse, recuerda que siempre hay un profesional de la salud mental dispuesto a acompañarte en la búsqueda de una solución. 

Psicólogo Alejandro Monreal
Grupo Miranda Psicología Especializada




martes, 25 de octubre de 2016

El lado oscuro del camino hacia los sueños


La vida es así, aunque uno haga planes se presenta un imprevisto, algo con lo que no se contaba. Y es justo ese momento en el que es necesario analizar, tomar un momento para reflexionar qué es lo que se busca y qué es lo que se está haciendo.
V Tener un sueño en la vida es encontrar la energía cada día para trabajar y acercarnos más a esa meta, es una ilusión que incluso puede llegar a darle sentido a cada instante de nuestra existencia, y hacer un plan es la manera más organizada para poder alcanzar ese sueño. Pero, ¿qué pasa cuando algo se sale del guión? ¿Cuando se hace todo lo que está en nuestras manos y la vida decide que no todo sale acorde el plan? Ese es el momento en el que se pone a prueba qué tanto se desea ese anhelo, qué sacrificios valen esa meta, o si es que ese sueño ya pasó a segundo plano y se encontraron nuevas y más emocionantes aspiraciones.

Puede ser muy difícil darse cuenta de que el plan trazado puede tener fallas, pero en este momento tenemos dos opciones, la primera es lamentarnos, quejarnos y preguntarnos por qué es más complicado de lo que esperábamos, y es esta postura la que nos puede llevar a conformarnos y decir frases como "esta es la vida que me ha tocado vivir". Y la segunda opción, es preguntarnos qué es lo que en verdad se desea, qué es lo que estoy haciendo para lograrlo y qué es lo que me hace falta cambiar; tratar de entender que ese momento "fuera del guión" es una lección de vida, agradecer por ella y tomar el coraje necesario para seguir adelante con el plan consciente de que más adelante puede haber un falla, que es preferible llamar "reto".

En mi opinión, éste es el lado oscuro del camino, el momento en donde el miedo nos puedo dominar e incluso hacer que dejemos de perseguir nuestros sueños. Pero, ¿a caso no se necesita de la oscuridad para poder disfrutar de la luz?


Fernanda Rivera Floriuk

lunes, 3 de octubre de 2016

Ayer leí que llorabas: carta a un amigo





“Resulté más culo que tú”, me dijiste, e inmediatamente mi garganta se hizo nudo, aunque debo confesar, que el simple hecho de leer que habías escrito la palabra “corazón”, me hizo recordar lo frágil que eres. No sé por qué, pero nunca me engañó tu disfraz de dureza, tu indumentaria de mecánico. El ver tus ojos es evidencia suficiente, pues te conozco de mucho tiempo atrás, crecimos juntos, nos criticamos, intercambiamos juegos, criticaste a mis novias, me criticaste a mí; pero siempre has estado ahí.

No sé si lo has notado, pero tenemos una extraña forma de comunicarnos: intercambiamos unas palabras y nos quedamos en silencio, con una cerveza en la mano, quizás; pero ahí estamos, ambos en silencio.

Había estado pensando en ti últimamente, te traía en la cabeza, qué será de tu vida, cómo estará tu hija… por qué no me ayudaste el fin de semana pasado. Agradecimientos y reproches, los primeros perduran, los segundos se me olvidan al siguiente día; finalmente, cada día decido que siempre serás mi amigo.

Ayer me dijiste que sientes que no le bastas a las personas que te rodean, que siempre das lo mejor de ti y de cierto modo te dicen que nunca es suficiente, no con palabras, pero sí con actos, con gestos, con actitudes. Es horrible, lo sé.

Es horrible tener que lidiar con un cliché, con el estereotipo de lo que debe ser un hombre. Nunca debe faltar nada, nunca debe decir que no, no puede enfermarse, tiene que ser chingón en la cama y saber todo sobre reparaciones y de plano, intentar comprender muchas veces a quien no le da explicaciones: mago, adivino, máquina sexual, cursi, detallista, genio, inteligente, fuerte, puntual guapo, un montón de chingaderas. Recuerdo bien un día en que te hice una pregunta sobre mi carro y me respondiste con ironía: “guapo y adivino, ta´cabrón”.

Estoy consciente de tus habilidades, de tu calidad como persona, de tu nobleza y del amor que sientes por quienes amas; pero a estas alturas, también se vale decir que no puedes solo, que necesitas ayuda, que lo grande que eres lo eres también por el apoyo que tienes y no porque levantes tú solo el peso de tu hogar, es imposible. 

Ayer, que supe que llorabas, me recordaste también lo frágil que soy yo, lo cansado que estoy de ponerme disfraces de lo que no puedo ser ni hacer solo. 

Ya me cansé de lo que digan los pendejos, sí pendejos que dicen que no tomo cerveza de hombre, que no fumo cigarros de hombre y que me quejo cuando me duele la espalda o me tiemblan las piernas, ya no me importa. Soy psicólogo, mi trabajo es intelectual; pero no por eso soy menos hombre. Eres tú, tan hombre, tan persona, estás vivo y también se vale tirar la toalla un rato, pedir ayuda. Con todo mi corazón y sin mamadas, te digo que se vale llorar.

Te quiero, amigo. 

Adrián Alejandro Rodríguez Monreal
Grupo Miranda Psicología Especializada

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Diablo en tierra de Santos



¿Y tu porque le vas al Toluca?, es una pregunta que he escuchado la mayoría de las veces cuando alguien se entera de mi afición por el equipo del Estado de México, debo decir que no los culpo, entiendo que se tome como algo inusual encontrar un diablo rojo por esta tierra que es de santos.

Mi afición hacia el club mexiquense nace en el año del 2000, yo con 7 años de edad desde la ciudad de Chihuahua miro como un equipo de Rojo gana una final 5 goles a 1 a un equipo de verde y blanco, a partir de ahí decido irle al Club Deportivo Toluca, lo que comenzó como una decisión basada solo en un partido particular al paso de los años se volvió en un sentimiento enorme por esos colores tan característicos de los Diablos Rojos.

A menudo mi afición hacia el Toluca me hizo sentir excluido, varias fueron las ocasiones donde solo fungí como espectador en pláticas referentes al Santos, ahí estaba yo observando como un partido de tenis de izquierda a derecha como alguien hablaba de Apud, del ruso Adomaitis etc. Mientras la plática transcurría yo solo pensaba en una manera silenciosa e indetectable de salir de esa platica donde no participa ni siquiera para asentir con la cabeza.



Recuerdo aquella final del 2010, si, esa donde esos caprichosos penaltis le arrebataron al Toro Vuoso la oportunidad de salir en hombros del estadio, penaltis que viví como niño, grite, maldije, llore cuando Matías se disponía a patear y claro, lloré cuando Talavera voló y con las uñas desvió aquel impacto de Fernando Arce. Después del partido salí de mi casa y claro, la ciudad estaba sola, literalmente solo yo salí a festejar aquel nuevo campeonato rojo, en el trayecto de regreso a casa imaginaba las calles de la ciudad de Toluca repletas de gente festejando, recuerdo bien mi sentir, era el no pertenecer a aquí. Después ese sentimiento se extinguió pues gracias a mi familia y amigos comprendí que el ser diferente, aunque en este caso solo se trate del equipo de futbol favorito, no debe de impedir el disfrutar lo que eres.

En muchas ocasiones nos sentiremos distintos al resto, sentiremos que no encajamos dentro de un grupo en particular y probablemente busquemos cambiar para poder encajar, pero, ¿Por qué no aceptarnos como lo que somos? Si realmente nos aceptamos nos resultara mucho más fácil digerir que no siempre vamos a coincidir con gente que tenga los mismos gustos que los nuestros. Reconocer lo que somos y aceptarnos como tal, nos ayudara a identificar las cualidades y defectos que cada uno de nosotros poseemos de una manera distinta que nos permita sentirnos cómodos siendo distintos a los demás.

Guillermo Badillo Pérez 
Grupo  Miranda Psicología Especializada