Por: Sarahi Isais
“El
maltrato psicológico puede ser menos visible, pero sin duda los daños que causa
son aún más contundentes y duraderos.”
Uno de las complicaciones
para la detección es que las personas que sufren este tipo de violencia, creen
que la forma en que se relacionan es “normal”, o que están dentro de los conflictos comunes que existen
dentro de la pareja.
Por lo general, el agresor suele usar la seducción para
atraer a su pareja, a la vez de forma indirecta utiliza la manipulación, para
influir en su pareja y así conseguir que decida o se comporte de modo
diferente. Otra característica es la imposición de la idea de que es “libre”, Esta
creencia bloquea la conciencia de la realidad del maltrato.
La víctima seducida y manipulada, se mantiene
en un modo dependiente: “Pégame, pero no me dejes”. Por lo tanto la victima
pasa a ser propiedad del maltratador. Donde la distorsión de la información,
hacen que aparezcan las justificaciones como “Lo hace nada más cuando esta
borracho” o “Es que de chico nadie le
dio un abrazo”. Frases que confirman que el maltratado ya es propiedad de la
persona que ejerce la violencia.
En relación de maltrato, la
comunicación no es clara ni directa. No se responden a preguntas o si se hace, los gestos son reprobadores. Se rechaza el diálogo. Se niega la existencia
de conflicto.
Por otro lado se deforman
los mensajes; pueden ser vagos e imprecisos. Aparecen los discursos contradictorios,
no se terminan las frases, ocasionando que las interpretaciones puedan ser
varias.
En cuanto a las conductas
agresivas, el tono del lenguaje puede ser normal, no alterado. Salen a la luz los
sarcasmos, la burla y el desprecio. Los cuales son percibidos con hostilidad por
la víctima. La agresión se disfraza de broma. La víctima se encuentra devaluada
en sus pensamientos, opiniones o
creencias si es que las llega a expresar.
Es difícil identificar a la
persona que sufre maltrato. Es difícil escuchar una voz en silencio. Ya
que suele defender y darle la razón a su maltratador, a la vez que se culpa a
si misma por lo ocurrido. Se podrá identificar cuando esta comience a cuestionar
su forma de ser, cuando debata sus pensamientos, actitudes o comportamientos.
La victima podrá aspirar el
cambio cuando su voz cargada de ansiedad, estrés, depresión,
trastornos del sueño, baja autoestima, sea escuchada. El encargado de recibir este mensaje
debe ser un familiar, un amigo o quien sea, pero sea quién sea, el que recibe
dicho mensaje, debe estar consciente, que la víctima necesita ayuda y que la única
solución es acercarse a los profesionales de la salud. Y así empezar a romper ciclos
y crear nuevos, fuera de la violencia.
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