jueves, 11 de agosto de 2016

Boda en Monterrey. Parte 2: UBER, el chofer de la felicidad.

Boda en Monterrey

Parte 2: UBER, el chofer de la felicidad.

Por: Juan Eusebio Valdez

Trasportarse en UBER, la empresa que a través de una App, proporciona el servicio de chofer privado, es una delicia. Aunque la empresa tiene ya su tiempo instalada en varias ciudades del país. El fin de semana que asistí a la boda de un amigo en Monterrey, fue el momento perfecto para poder disfrutar de mi propio chofer. No son solo  los vehículos  de modelos recientes, o que tengas la chance de poner tus rolas, mientras viajas. O el hecho de que los precios, por lo general son más bajos que los taxis, lo que la hace genial. Sino que es una opción competitiva y cómoda para moverse por la ciudad, o en el caso de Gómez Palacio, mi pueblo bicicletero, una ilusión sin cumplir.

Si comparáramos Monterrey con Gómez Palacio, es inevitable deducir que la ciudad del noreste del país, tendría  ventajas. Ya sea en cuestión industrial, de infraestructura o incluso hasta en las propios foros para consumir expresiones artísticas. Cada fin de semana los que viven  o visitan la sultana del norte tienen un menú de espectáculos culturales a su disposición. Desde un concierto hasta una exposición de pintura. Hay para todos los gustos.

UBER no entró a laborar en Durango. Gómez Palacio era una de las ciudades elegidas para poder contar con este particular servicio. Servicio que se encuentra en las más grandes y cosmopolitas ciudades del mundo. Torreón, nuestro vecino, ciudad que pertenece a Coahuila, nuestra ciudad hermana lagunera, nuestra hermana la que siempre saca 10, nuestra hermana que siempre nos restriega que el fin de semana ella si va a salir a divertirse a un bar de la Colondesa (Distrito Colon). Ya cuenta con el servicio de UBER.

No importa que solo nos separe un solo puente, hay características que nos diferencian. Incluso es común que los de Torres cuando les dices que vives en Gómez, parece que les dice que vives en la Antártida: “¿hasta ya vives?” “está bien lejos” “¿Si hay internet de aquel lado?” es común oír estas frases de bocas de los que viven del lado de Coahuila.

Pero no solo los Torreonenses fomentan la devaluación de Gomitoz (el nombre de “cariño” por parte de nuestros propios lugareños). Los Gomezpalatinos fomentamos este fenómeno. Sino los invito a que recuerden sus últimas vacaciones en Mazatlán, el momento donde ven pasar al chavo de los ostiones y tú como estás en modo de vacación, quieres conocer a los locales, entonces comienzas hacer la platiquita, al lado del mar, con las olas rompiendo como música de fondo y después de un rato de intercambio cultural, te pregunta: ¿y de donde nos visita compi?. En ese momento entras en un dilema playero (porque estas en la playa), o dices que eres de Gómez Palacio y te arriesgues a que pongan cara de cruda dominguera y te digan: ¿y dónde queda eso? O ¿con que se come eso? O cambias de domicilio a Torreón y te digan: “¡ah! donde juega el Santos” y así, vuelvas a existir en el Google Maps. Nacer y  Vivir en Gómez no es nada fácil.

¿Por qué no me voy entonces de Gómez Palacio?
R: bueno, mmm… porque me gustan los mega-lonches de adobada del mercado Morelos o los de  carnitas de Don Jaime. Me gusta de vez en cuando ir a las cantinas de Gomitoz, porque te encuentras a gente que ha vivido más de 70 años en la ciudad, gente que no sabe que es UBER, pero siempre tiene una buena historia. Me gusta ir a comer un duro y tomar un agua Celis de la plaza de armas. Actividades de pueblo bicicletero dirán,  pero actividades que me definen.  Lugares que son parte de mi esencia. Gente con la cual comparto las mismas raíces.

Quejarse de dónde vives es fácil, lo difícil es aceptar tu realidad y cambiarla. Fácil es decir que somos un rancho y por eso somos mediocres, difícil es definir una identidad fuera del estereotipo. Fácil es criticar al vecino, difícil es ver lo que no te gusta de ti, reflejado en él. No digo que Gómez no tenga deficiencias, las tiene, pero la solución no es solo renegar. Tomar cartas en el asunto y asumir parte de nuestra responsabilidad es un buen primer paso, para mejorar nuestro entorno.

EL lunes volví de Monterrey. Un viaje que hubiera sido insignificante sin la compañía de mis amigos que andan por esos lares, buscando algo que no encontraron aquí. Amigos que cuando los veo siempre tienen un abrazo y una cerveza para recibirme. Amigos que conocí aquí en Gómez. Amigos que a través de su trabajo engrandecen a Gómez y a La Laguna. Amigos orgullosos de donde vienen. Amigos que siempre hacen un poco más divertida la vida. Gente que puedo llamar amigos.




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