¿A qué le temes? No pregunto por un miedo paranormal o injustificado, sino a qué cosas de la realidad les tienes pavor. Podrías perder una extremidad o quedarte sin hogar y compañía, sería duro, y nos puede pasar a todos. Quizá una muerte súbita y sin aviso es lo que te hace levantarte sudando por las noches.
De ser así, perteneces a esa mayoría que le teme al dolor, a la muerte y al miedo mismo. Eres una persona "normal" puesto que a nadie le gusta sentirse mal; pero si eres del otro porcentaje, entonces no sabría si decirte, con alegría o tristeza, que estás listo para lo que te pueda pasar, ya sea por costumbre o por una gran fuerza que te ayuda a mantenerte en pie.
Es raro aquel que no teme a la muerte, a las pérdidas. Una mente muy inusual, que trae tantos beneficios como problemas. Quien lidia con la idea de que en cualquier momento morirá y no le causa esa náusea que nos suele provocar el imaginar esa escena, está listo para soportar los golpes que tarde o temprano la vida le dará; pero también desarrollan una conciencia realista, saben que no hay magia o encanto que solucione la vida, han perdido el deseo inocente de que todo esté bien y la fantasía infantil de que tienes mucho tiempo por delante.
¿Puedes ponerte en los zapatos de una persona así? ¿Puedes imaginar cómo es vivir sin temor a lo que te pueda pasar? Si eres de aquellos que no se paralizan con esas ideas, existe algo a lo que los seres humanos le tememos aun más, nos suele hacer sentir muy pequeños e indefensos, provoca el deseo de evitar esforzarnos y rechazamos lidiar en todo lo posible con eso.
En efecto, no existe nada más tormentoso que darse cuenta de que estamos vivos, y que podemos hacer absolutamente todo lo que la vida nos ofrece, es abrumante la cantidad de cosas que no has hecho y que podrías hacer, desde trabajar sin seguro médico hasta dejar todo y emprender una aventura. Vivir es lo que más nos asusta, y le huimos como si de cáncer se tratara.
Él que no le teme a la muerte está listo para el dolor, y él que no le teme a la vida no sufrirá como nosotros lo hacemos. Él creará su propia magia y toda ilusión infantil dejará de serlo para convertirse en una realidad.
Hay una cosa que a pesar de lo que temas es igual para todos, el final es el mismo, así que es importante preguntarnos: ¿vale la pena tener tanto miedo?
Psic. Jorge Raúl Díaz Martínez
Grupo Miranda Psicología Especializada
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