Independientemente de su naturaleza ilógica, la superstición nos acompaña
desde tiempos inmemoriales. Nos advierte de nuestra fragilidad ante el
mundo y rompe con la ilusión de control
que tenemos del mismo. En manos del azar o de un poder divino ponemos lo
que no podemos controlar, lo que está más allá de nuestro alcance, la
solución a lo imposible.
La imagen que ven a abajo, en efecto, está
invertida, pues la creencia oriental nos dice que cuando un elefante
tiene la trompa hacia arriba indica buena suerte. Siempre y cuando la
supertición no refuerce el miedo o cierre más senderos de los que abre,
estaremos ante la posibilidad de encontrar eso que llamamos "verdad".
Psicólogo Alejandro Monreal
Grupo Miranda Psicología Especializada
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