viernes, 26 de febrero de 2016

El empacho del prójimo

En una ocasión estando en una reunión con unos ex compañeros de la preparatoria, en medio del baile y el brindis; llenos de recuerdos y nostalgia, empezó el chismorreo. Así los rumores como las bebidas se inauguraban “sabes quién está embarazada” “sabes quién se casó” “ya viste las lonjas de fulanito” “que a zutanito le puso el cuerno a…” parecía como si el castigo por no haber asistido fuera que todos los presentes tendríamos que devorarlos.

Y ahí en el banquete, nadie se detenía por un tiempo para reflexionar en  cómo afectan los comentarios negativos; no solo a nuestros ex colegas, ni siquiera preguntarnos cuales son las consecuencias o repercusiones de dicha conducta, solo pasábamos el plato. Al final de cuentas  ¿Quién se puede resistir a dar un bocado de prójimo?

Ahora imaginemos un panorama en donde todas esas conversaciones que tenemos de los ausentes, llegaran a oídos de estos, seguro que el único que nos quisiera acompañar a la siguiente fiesta seria nuestro amigo canino.  Y es que estas conductas tan aceptadas en los lavaderos y en las cantinas. Cuando se realizan de manera sistemática, reflejan sentimientos de envidia, entendiendo esta, como el deseo de adquirir lo que el otro tiene, ya sea: su coche, su familia, su trabajo etc.

 La envidia como motor de nuestra vida, tiene como finalidad, destruir la reputación del envidiado con la fantasía de adquirir lo deseado. Es decir, concentrarnos en cualquier movimiento de nuestro vecino, hermano o quien sea del cual queramos algo, obligándonos a dejar en segundo plano a nuestra persona, que al estar en un peldaño abajo; metas, sueños y vida en general sufre un estancamiento, el cual genera frustración y esto a la vez hace aparecer el rencor. Ahí es, cuando lo sabroso se convierte en empacho dejando como consecuencia una dañada autoestima.

Al final de aquella velada  nadie quería abandonar la mesa ni para ir al baño, supongo que los tacos al pastor estaban deliciosos  o a lo mejor es que el miedo de ser el siguiente platillo estaba presente.
Próximo enlace: remedios caseros para el empacho: desde la salivita en el ombligo hasta la intervención del psicólogo. 

Por: Juan Eusebio Valdez Villalobos


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