Por: Sofía Valdez
Datos y cifras de la Organización Mundial de Salud revelan que:
- La población mundial está envejeciendo rápidamente. Entre 2015 y 2050 la proporción de la población mundial mayor de 60 años se multiplicará casi por dos, pasando del 12% al 22%.
- Aproximadamente un 15% de los adultos de 60 años o mayores sufren algún trastorno mental.
- Los trastornos de ansiedad afectan al 3,8% de la población de edad mayor y los problemas por abuso de sustancias psicotrópicas, casi al 1%.
- Se calcula que en el mundo hay unos 47,5 millones de personas aquejadas de demencia. Se prevé que el número de estas personas aumentará a 75,6 millones en 2030 y a 135,5 millones en 2050.
- La depresión unipolar afecta a un 7% de la población de ancianos en general y representa un 5,7% de los años vividos con una discapacidad entre las personas de 60 años de edad y mayores
Si el ritmo vertiginoso de la sociedad actual es estresante para los más jóvenes, la peor parte se la llevan las personas mayores. La ciudad es un ejemplo de lo poco amable que es el entorno, simple, ¿han notado lo difícil que es caminar por las calles del centro de las diferentes ciudades que conforman nuestra querida comarca lagunera? Baches, semáforos que cambian con rapidez en calles anchas donde cruzar se vuelve un deporte extremo, alcantarillas abiertas, banquetas disparejas, etc. ¿Se han imaginado lo difícil que será trasladarse para un adulto mayor? ¿no?.
Los prejuicios de la sociedad hacia la vejez crean una especie de cerca, como si se tratasen de "otros" cuya realidad es incompatible con la nuestra, pese a que tendremos el mismo destino.
En esta última etapa, se espera que exista una aceptación de la vida propia para poder aceptar así la próxima muerte. Las personas que han alcanzado esta aceptación, sienten que su vida tiene un significado, así este sentido de que son verdaderamente importantes les permite aceptar el hecho de que pronto van a morir.
Un destino diferente es el que pasa con el anciano que se lamenta de los errores cometidos y de los sueños no cumplidos. Frustrado y condenado porque ya es demasiado tarde para enmendar la pobreza de los años pasados, esta persona siente terror por la muerte. En palabras de Erikson, la emoción que acosa a este individuo en sus últimos años es la desesperación.
Si se resume lo anterior, en la etapa de integridad contra desesperación, la primera resulta cuando las personas se sienten contentas, tranquilas y sin miedo a la muerte; en su contraparte, la desesperación, las personas no tienen esperanza, se sienten deprimidas y aterrorizadas por la muerte inminente.
Si partimos de este punto, la atención psicológica a adultos mayores tiene como objetivos
1. Proveer al paciente con experiencias que contrarresten la distorsión de la realidad.
2. Facilitar comunicaciones realistas y significativas con otros.
3. Facilitar una participación satisfactoria con otros.
4. Reducir la ansiedad y aumentar el confort.
5. Aumentar la autoestima.
6. Proveer de introspección hacia las causas y manifestaciones del proceso de envejecimiento.
7. Movilizar y motivar hacia la creación y productividad a su nivel.
Respeto, atención, y cariño son los tres principios básicos en la relación con nuestros mayores.
Respeto a su momento psicofísico, a su ritmo propio, a sus valores y concepciones, a sus comportamientos, a sus deseos, a su propia organización de la vida. Los mayores tienen derecho a elegir como quieren vivir, porque inmiscuirnos e imponer nuestros criterios equivale a un abuso de poder y una falta de respeto a su libertad. La atención al adulto mayor será siempre desde una escucha abierta, positiva, y sin juicios de valor ni prejuicios. Esta escucha de la que hablo está teñida de aprecio, consideración, cercanía y acompañamiento.
Ya en el último de los tres principios citados, el cariño, pero no me refiero a ese cariño ñoño, empalagoso, sino más bien a ese cariño que se transmite a través de ese interés por lo que les ocurre a nuestros mayores, por el respeto, la escucha, ese tiempo de dedicación.