Un día gris
El día de ayer fue atípico
en la región. El color predominante fue el gris, el frio se sentía húmedo, las
calles tapizadas de pequeños arroyos y lagos nos dificultaba el traslado. Y es
que en una zona donde llueve dos veces por año, cuando esto sucede es un cataclismo
casi bíblico. A pesar de esto y fuera de lo común como el clima, llegue a
tiempo a la cita en una estación de radio local, donde nos invitaron hablar de
los mitos de la psicología.
Junto con mi colega “Tote”,
tratamos de despejar algunas de las dudas, que aún se tienen sobre la
psicoterapia, que iban desde ¿Cuándo es necesario
ir a terapia? Hasta ¿Cómo sé que estoy en un ciclo de violencia? Pero la
pregunta que realmente llamó mi atención fue la de: ¿El psicólogo, va al psicólogo?
Lo cual contestamos que por ética y que incluso por técnica era necesario que
el psicólogo acudiera a un proceso didáctico con un psicoterapeuta.
Ahora, hay que alejarse
de las ideas donde el psicólogo tiene que ser un ser intachable y casi rayando en la perfección. Hay que romper
la creencia que el psicoterapeuta es un brujo o un chamán. Por eso los invito a
que se acerquen a un profesional y realmente pregunten como es un proceso terapéutico,
y se darán cuenta que el trabajo realizado por dicho especialista es conducir
al paciente a tomar decisiones, y partiendo de estas, ayudar a cambiar su percepción
del mundo. A que se dé cuenta que el sol a veces no sale, pero que esto no
significa que todos los días lloverá, hay días con viento, con lluvias laguneras
y también días agradables
Recuerden sobre todo que
el psicólogo es un ser humano igual que otro, con problemas amorosos y
dificultades económicas; pero que posee las herramientas necesarias, para poder
ayudar a comprender al otro, que los días grises nos ayudan a valorar los
soleados.
Por: Juan Eusebio
Valdez Villalobos
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